La educación se da cuando se junta quien quiere aprender con quien sabe y quiere ayudar. La gran meta de la educación no es el conocimiento sino la acción. Si la generación de conocimiento no lleva a mejorar las cosas en la práctica no sirve de nada.
En esta ocasión me gustaría profundizar en el tema educativo ya que recientemente asistí al foro de “Revolución Educativa”, al cual asistieron varias personalidades que han innovado en el mundo de la educación y cuyas ideas valen la pena rescatar.
El debate versó en los problemas educativos que tenemos en México tanto en cantidad como en calidad. En cuando a la primera, sabemos que en México la educación no tiene la cobertura necesaria. Esto queda claro cuando vemos que de cada 100 niños que entran a primaria tan solo 18 terminan la universidad. De esta deserción se deriva el problema de los “ninis” ya que muchos de los jóvenes que no terminaron la carrera se quedan sin oportunidades de trabajo o inclusive toman la decisión de unirse a las filas de la delincuencia organizada, lo cual represente una fuerte amenaza para el país dado el histórico bono demográfico que tenemos. Es con tristeza que compartieron el dato de que somos el país en 1er lugar de deserción de educación media, superior de los países miembros de la OCDE.
En cuanto a la calidad educativa, el problema no es tanto qué se enseña sino el cómo se enseña y las herramientas que se usan para el aprendizaje.
Un tema importante que surgió en el foro es el uso de las TICS (Tecnologías de la Información y Comunicación) en la educación. Hoy en día los jóvenes tienen acceso a la red, no sólo desde sus computadoras sino en lo que denominan la “tercer pantalla” es decir, los dispositivos móviles y más allá, en las diferentes variantes de “tablets”. En el modelo actual, dichos dispositivos son considerados como distractores y los maestros se cansan de recriminarle a los alumnos que no los usen. Sin embargo debemos entender que estas herramientas son parte de la realidad y asimilación de información de los jóvenes y que el reto está en cómo integrar estos dispositivos a las aulas como herramientas de aprendizaje ya que en la era digital el aprendizaje no se puede limitar a los libros de texto o al maestro.
Durante el foro, se mencionó un estudio que encontró que las palabras que más se escuchan en las escuelas mexicanas son: “siéntante, cállate y no te salgas de la fila”. ¿Qué nos dice esto acerca de la forma en la que le estamos enseñando a nuestros niños? Sin duda estas son frases que inhiben la proactividad y la creatividad además de que no fomentan un ambiente propositivo sino más bien hacen que los alumnos obedezcan y funcionen en un sistema dictatorial en el que el maestro indica a los alumnos qué lean, cómo lean y cuándo lo lean.
En el sistema actual está prohibido interactuar, compartir información y conocimiento. No sólo prohibido sino que está considerado como algo deshonesto cuando que, un principio fundamental para el desarrollo en la era del conocimiento justamente es el compartir conocimiento para generar más.
Michael García Novak, Director General de CEDIM, Centro de Estudios Superiores de Diseño de Monterrey (www.cedim.edu.mx), dijo que la gran meta de la educación no es el conocimiento sino la acción. Si la generación de conocimiento no lleva a mejorar las cosas en la práctica no sirve de nada.
Sin duda que para lograr un mayor desarrollo en el país se necesita una Revolución Educativa y para lograrla necesitamos “cambiar el chip” de cómo hacemos las cosas. Claro que también tiene que cambiar la estructura educativa del país pero no esperemos a que eso pase para lograr un cambio, podemos empezar por involucrarnos activamente y exigir en nuestras escuelas, en nuestra educación, con la de nuestros hijos, ya que otro gran factor del problema educativo en el país está en que cada vez los padres de familia se involucran menos en las actividades escolares y dejan la educación de sus hijos a la escuela cuando que éstas deberían de ser sólo formadoras, la educación de raíz empieza en la casa.
No sigamos esperando el “milagro económico” para que el país cambie. El milagro lo haremos nosotros y sólo vendrá con el desarrollo del capital humano del país.